Bronzo 2014

Elica Ramos dialoga con Carlos Rivero a través de una lectura poética en el Espacio Bronzo este viernes

‘Retóricas para el buen imprudente’ es una selección de textos de la poeta palmera, que estará acompañada por el músico Tomás García Fortuny

La exposición de Rivero ‘Las vírgenes imprudentes’ se mantiene abierta al público hasta el próximo 7 de marzo en la sala de arte lagunera

La poeta palmera Elica Ramos pone los textos y la voz en un diálogo que abre en el Espacio Bronzo con el artista plástico Carlos Rivero, que presenta en la sala lagunera su exposición Las vírgenes imprudentes hasta el próximo viernes 7 de marzo. Ramos estará acompañada este viernes 28 de febrero, a las 20.00 horas, en la lectura de poemas Retóricas para el buen imprudente por el músico Tomás García Fortuny, que la acompañará con su chelo.

La selección de textos originales está compuesta por poemas escritos para Carlos Rivero, explica Elica Ramos, que ha añadido a la selección otros poemas, tanto editados como inéditos, expresamente seleccionados para la ocasión “con la intención de ir desgranando una argumentación paralela a varios de los elementos discursivos que vertebran la obra del pintor”.

El título de la muestra que presenta Rivero en la sala Bronzo desde enero pasado, Las vírgenes locas, es una referencia a la parábola bíblica de las vírgenes locas y las vírgenes sabias, en la que se hace una alusión a la prudencia, a la importancia de estar precavidos y preparados para el encuentro divino. El artista tinerfeño juega con este trabajo con este mensaje al darle la vuelta y subrayar solo el papel de las vírgenes locas, con lo que el autor expone la idea de que para tener sabiduría es necesario haber sido imprudente, haberse perdido y haberse saltado las normas. “Solo a partir de ahí uno puede tomar conciencia de quién es, de cuál es su lugar en el mundo y de qué modo quiere habitarlo”, señala Rivero.

Elica Ramos estudió Filosofía y Gestión Cultural, escribe, recita y trabaja en el ámbito de la cultura, relacionada con distintas disciplinas, desde 1988. Es autora de Conminar (1990, Mención Especial en el Certamen Poesía, Juventud y Cultura de la Dirección General de la Juventud de Canarias), La imperpetuidad y Ama seca (1992, ambos Mención Especial en el Certamen Poesía, Juventud y Cultura de la Dirección General de la Juventud de Canarias), Cuévano (1994, Ed. Heca, Las Palmas de Gran Canaria), El hacedor de ludópatas (1999, Ed. La calle de la costa, Tenerife), Desde un estuario sin nombre. Antología 1989-2003 (2003, Ed. El baile del sol, Tenerife), La palabra perdida. Liturgia lastrada o nombramiento. (2006, Colección Puerta del Mar,  Ed. Centro de Publicaciones de la Diputación de Málaga), así como Entre estares. Antología, junto a Acerina Cruz (2012, Ed. Mafre) y Ajenos a la entelequia de equilibrio en la colección de plaquets La última canana de Pancho Villa (1999, Madrid).

Cerámica, dibujos y escapularios

Habitualmente, la sala de Bronzo se dedica casi exclusivamente a las esculturas; en esta ocasión, Rivero presenta 18 piezas de cerámica esmaltadas en blanco y negro. Además, la muestra se complementa con siete dibujos de pastel sobre papel y la serie escapularios, de cerámica y fieltro. El Espacio Bronzo, situado en la calle Núñez de la Peña nº 19, ha sido creado por el taller de fundición para promover la creación artística centrada en la escultura y los objetos de diseño o funcionales e incluye tanto la sala de exposiciones como una tienda de arte y artesanía que sirve a la vez como lugar de encuentro entre creadores y público, bajo el lema De la idea al objeto. El Espacio Bronzo, sala de arte y tienda, es una iniciativa del taller de fundición Esculturas Bronzo, concebida como un espacio de actividad cultural en el que exponer trabajos de diferentes artistas de los muchos que elaboran sus piezas en el taller.

Una de las primeras referencias con las que Carlos Rivero aborda este trabajo son las vírgenes románicas, figuras hieráticas con los ojos abiertos y la mirada fija. En ese estatismo encontró las formas más apropiadas para sugerir, al mismo tiempo, un estado de perturbación o de trascendencia. Lo ambiguo y lo equívoco es utilizado por el autor para transitar por un camino de búsquedas oscuras que solo sabe sugerir, consciente de que su vida y su obra ha estado marcada por las mismas imprudencias que las de estas vírgenes locas.

Carlos Rivero, nacido en Valle de Guerra, Tenerife, se inició como artista plástico en los años 80 y cuenta con obras en la colección del TEA, tiene en su haber alrededor de 50 exposiciones, entre individuales y colectivas, en las que ha mostrado una constante e inquieta investigación en distintos terrenos de las artes plásticas, consiguiendo una lenguaje particular que identifica su obra en cualquier formato o técnica que decida abordar.

jueves
27
febrero 2014
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