El programa formativo canaliza el esfuerzo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para acabar con el atraso histórico de los españoles con las lenguas extranjeras
Los cursos de inmersión en inglés que la sede canaria de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) organiza en Puerto de la Cruz (Tenerife) comienzan el próximo lunes 23 de abril con un grupo de treinta alumnos que inauguran la edición de este programa educativo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte correspondiente a 2012. Se inicia así el quinto año de un plan de formación que aspira a dotar a los jóvenes universitarios de los conocimientos suficientes en el idioma inglés.
Los participantes acceden al programa a través de las becas que se conceden a estudiantes que a su vez han conseguido becas para realizar sus estudios universitarios. Además, para tener derecho a ellas, se debe tener 30 años o menos y cursar los últimos años de carrera o haberla concluido el curso anterior. El Ministerio hace así un esfuerzo que ofrece una garantía de formación eficiente y de calidad demostrada.
La UIMP es la encargada de organizar los cursos intensivos de inglés, una responsabilidad acorde a la trayectoria de este centro universitario singular, ideado para favorecer el acercamiento a la ciencia y la cultura europeas. Se pretende que el programa facilite que los universitarios españoles puedan relacionarse con sus equivalentes europeos en un mercado de trabajo globalizado, exigente y muy competitivo y en un ambiente educativo e investigador internacionalizado, en el que el inglés es el idioma común.
Los cursos están organizados en sesiones intensivas de cuarenta horas a lo largo de una semana y en cuatro niveles: Básico, Intermedio 1 y 2 y Superior. Desde esta semana hasta diciembre, exceptuando agosto, treinta estudiantes se someten cada semana a una “inmersión” lingüística bajo el seguimiento de un profesorado experto en poner a la gente a hablar en inglés en poco tiempo.
La metodología de la inmersión basa su eficacia en la práctica. Durante una semana, los estudiantes dan el salto del conocimiento teórico y se ponen a hablar con profesores nativos, entre ellos y con auxiliares de conversación, que los acompañan fuera de las horas de clase, como mecanismo para garantizar la “inmersión”.
El sistema hace énfasis en la expresión oral, con el fin de garantizar la comunicación. A lo largo de un trabajo intensivo de cinco días, los estudiantes alcanzan el objetivo de pensar, incluso soñar, en inglés. La base está consolidada para luego mantener lo conseguido y ampliarlo, siempre con la práctica.