Festival de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Canarias

Suzanne Chilsholm: «Para rodar Saving Luna comimos muchos sandwichs de manteca de cacahuetes»

El documental dirigido por la directora canadiense y Michael Parfit narra la historia de una ballena que buscó a los humanos al saltarse el muro de la vida salvaje

Comer muchos sándwiches de manteca de cacahuete. Ésa fue una de las tácticas de «producción» de la película ‘Saving Luna’, que los directores canadieneses Suzanne Chilsholm y Michael Parfit rodaron a lo largo de tres años siguiendo los avatares de una ballena que saltó las barreras que separan la vida salvaje de la sociedad humana y buscó la amistad de las personas para superar su soledad al perder el vínculo con su familia. La película, además, fue financiada a través de las diversas ayudas que se conceden en Canadá a la producción documental y contó con el apoyo de la televisión pública canadiense (la CBC) y de otras dos cadenas de televisión.
Luna es el nombre que le dieron los habitantes del pueblo de un fiordo canadiense a una cría de orca que, al perderse de su grupo, optó por quedarse a vivir entre los humanos. Su condición de ser social –como lo son todas las ballenas- la llevó a buscar la compañía de las personas y su inteligencia y su conciencia, se insiste en la película, consiguieron eludir todos los impedimentos que se le pusieron para ello, creando constantemente nuevas fórmulas de acercamiento.

La ballena estaba en manos de los pescadores, los trabajadores de la industria maderera, los vecinos que salían en barca a buscarla y los científicos, los naturalistas y el gobierno, divididos entre la posibilidad de devolverla a su familia o evitar, en cualquier caso, el contacto con los humanos, por suponer éste un riesgo para la supervivencia de la ballena. Junto a ellos, los nativos del lugar, que vieron en Luna la trasmutación de su jefe Ambrosse, recientemente fallecido y que supieron aceptar su presencia con la misma naturalidad con la que un día aceptaron su inevitable pérdida.

El matrimonio formado por Suzanne Chilsholm y Michael Parfit se acercó a Luna con el objetivo de elaborar un reportaje para una revista. Su intención era estar en el pueblo tres semanas. Pero pronto fueron atrapados por la sensibilidad del animal, su conciente búsqueda de contacto con los humanos, y la extraordinaria oportunidad de encuentro que abrió su ruptura de los límites de las barreras que separan a los humanos de las especies salvajes.

Las tres semanas se convirtieron en tres años, explica Chilsholm, y el proyecto del reportaje pasó a ser el de un libro, un documental para televisión y finalmente, la película que se presentó el domingo en el Festival Internacional de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Canarias. A lo largo de estos tres años, Suzanne y Michael también saltaron sus propios límites: primero decidieron implicarse en la historia y, en segundo lugar, esto supuso cambiar sus vidas durante tres años, instalarse en el pueblo y unir durante ese tiempo su destino al de la ballena. «Nos decían que estábamos locos, pero teníamos que hacerlo para completar la historia. Sentí una obligación de hacerlo. No había otra elección. Nos tocaba estar ahí y hacer lo que hicimos».

La película ha obtenido en los últimos años 19 premios en distintos festivales y se presenta también a la sección oficial del festival en su modalidad de largo documental. Se exhibe de nuevo el viernes 22 en la sesión de las 17 horas, en la sala Chimisay.

lunes
18
mayo 2009
This entry was posted in Festival de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Canarias, Sala de prensa and tagged , , . Bookmark the permalink.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *