Feria de la edición de Canarias

Jorge Herralde: “En los 70, un editor era como un guerrillero de la cultura”

“Como un guerrillero de la cultura”. Así se sentían los editores independientes en los años 70 en España, cuando la edición de libros iba asociada a una labor de proyección de ideas y de propuesta cultural que hoy no todos los editores conservan. Quien sigue en esa brecha es Jorge Herralde, el editor de Anagrama, que ayer mantuvo un Diálogo en Vivo con el periodista tinerfeño Alfonso González Jerez en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz dentro de la programación de la 5ª Feria de la Edición de Canarias.

Durante una hora y media, Herralde desgranó retazos de su dilatada trayectoria y premió al público con brillantes declaraciones y anécdotas íntimas de su relación con los escritores. Junto a esa especie de ‘guerrillero cultural’ que fueron esos editores, Herralde mencionó a los libreros independientes, vocacionales, que aún quedan en España y que “son los aliados naturales” de los editores.

El papel del editor, señaló Herralde, es el de “actuar como un filtro muy severo” para construir un catálogo orientado por criterios literarios y culturales. “Hay que ser primero un severísimo guardián y, en segundo lugar, actuar como un hooligan para defender al libro y al autor”.

La función del editor, según la extraordinaria experiencia del editor catalán, es “elaborar un catálogo y potenciar a los autores”. Una vez elaborado, el catálogo “debe ser algo más que la suma de las partes”, es decir, algo más que la enumeración alfabética de cada uno de los autores que el editor propone a los lectores. Se convierte así en una especie de “club” al que los autores aspiran a pertenecer.

En Anagrama dos objetivos impulsan la incorporación de autores a la nómina de la editorial: la introducción de autores que son “las nuevas voces del tiempo, que se conviertan en los clásicos del futuro”, como Paul Auster, y el rescate de los clásicos abandonados, como Vladimir Nabokov.

A una pregunta de González Jerez sobre la fórmula empleada por la editorial para evitar caer en la “tentación de los best-sellers”, Herralde comentó que Anagrama se ha encontrado varias veces con “best-sellers inesperados”, como Ébano, el gran reportaje africano de Ryzsard Kapuscinsky. Este libro además sirvió como tarjeta de presentación del autor a los lectores, que tras su lectura han rescatado otras obras del periodista polaco incluidos en el catálogo de Anagrama desde años antes. El editor señaló también el caso de la novelista norteamericana Patricia Highsmith, cuyas obras sustituyeron como libros de cabecera a los libros de Althusser y Gramsci, cuando los lectores dejaron de leer textos políticos, decepcionados por el baño de realidad que supusieron las elecciones de junio de 1977 y el consiguiente abandono de las utopías libertarias de finales del franquismo.

El editor catalán, que se confesó “optimista” sobre el futuro del libro, afirmó que “el perfecto invento del libro va a subsistir” y se refirió a la tesis del “huevo frito”, en palabras del italiano Alessandro Baricco, quien compara el mundo editorial con un gran huevo frito en crecimiento: mientras crece la clara, la yema también crece, donde la yema son las obras literarias de calidad y la clara los grandes éxitos del mercado.

viernes
26
septiembre 2008
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